viernes, 1 de abril de 2016

El Nagro. Bolivia


En general el mensaje es claro y está representado por el Ojo que todo lo ve: el Ojo de Horus. No es posible ocultar nuestros actos ni nuestros pensamientos. El libre albedrío nos permite ser los constructores de nuestro propio Espíritu, lo que se suele confundir con la construcción de nuestra imagen exterior.

Somos el Espíritu que nos construimos, tal vez en el transcurso de varias reencarnaciones.

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